Olor a cadaver

En estos últimos años el rechazo a las corridas de toros ha crecido extraordinariamente en la Peninsula, exigiendo del Parlamento Europeo una condena a tan bárbara fiesta; antes o después, habrán de erradicarse los vergonzosos espectáculos taurinos, dado que la historia marca una dirección inequivoca hacia un progreso cultural y ético, donde no se permita la llaga supurante de la crueldad con los animales. El propio mundillo taurino es consciente de tener los dias contados: "Fuera de la feria la gente no quiere saber nada de toros" (Vicente Zabala, crítico taurino. ABS, 28-8-90).

Como reacción desesperada, la tauromaquía ha desatado una campaña de falso triunfalismo, comprando a los medios de comunicación para que nos bombardeen a todas horas con su infame "mercancia", en un intento de crear afición. Sin embargo, las encuestas nos dicen que mas del 85% de los ciudadanos son contrarios a las corridas de toros. En Cataluña, que siempre ha sido la avanzada cultural del Estado, ya hay muchos municipios que se han declarado Población Antitaurina por decisión unánime del Ayuntamiento; dentro del territorio catalán no se construirán nuevos fosos taurinos, empezando a derribarse algunos. "La Vergüenza nacional empezó a oler a cadaver hace ya mucho tiempo. Lo que pasa es que es un cadaver con mucha grasa, y esta tarda en descomponerse". (Luis Gilpérez Fraile, La Verüenza Nacional).